Expertos debaten sobre la estructura de apoyo a las pymes. Alguno reconoce cierto avance , pero varios indican que nos falta mucho en esta materia.
Compleja para el sector emprendedor se prevé llegar a la Navidad y el Año Nuevo con una oferta normal de servicios y productos. Aunque el nivel de consumo de la población en estas fechas aumenta en Chile, las familias compran regalos para cercanos, grandes cantidades de alimentos para cenar, incluso hay muchos que aprovechan la semana para viajar dentro y fuera del país. Sin duda que la economía se acelera en este tipo de escenarios, pero la situación del país genera una compleja carrera contra varios obstáculos.
Todo esto es una cadena, y muchas veces los afectados de buena o mala manera son las pymes: en estas fechas aumenta la cantidad de producción de trabajo que deben cumplir para proveer a las grandes empresas de bienes, pero muchas veces el esfuerzo debe ser sobrehumano para llegar con los productos a tiempo
En estos casos, una de las diferencias que tienen las grandes empresas con las pymes es el horario. A pesar de que en ambas situaciones la cantidad de trabajo por individuo aumenta considerablemente, en las empresas el horario está definido y tienen los medios para contratar más personal de temporada, mientras que los microempresarios trabajan en proporción a lo que deben producir casi sin ningún tipo de apoyo y solo a punta de esfuerzo.
Esta problemática hace que surja la pregunta: ¿Existe en Chile una cultura en pro de las pymes, con apoyo desde los privados hacia los emprendedores, o bien con políticas públicas?
“A las pequeñas y medianas empresas, los cambios le afectan mucho más rápido, para bien o para mal, entonces estos dañan mucho más fuerte y aceleradamente. A veces las empresas grandes ponen restricciones a las pymes en cierta calidad de productos o servicios. Al final, como va a ser inviable llegar a tiempo con los productos, la empresa dice -no voy a poder contar contigo- y busca otro proveedor”, comentó Diego Soffia, director ejecutivo de Efectivo y experto en educación financiera.
Agregó que “es importante que las grandes empresas entiendan cuál es la cultura de las pymes y funcionar junto a ellos. Es decir, no reventar o explotar al proveedor pequeño, sino que ayudarlos a crecer. Son pocas las empresas que han innovado en desarrollarse con la pequeña y mediana empresa”.
Para Soffia no existe una cultura en pro de las pymes en Chile de parte de grandes empresas privadas, a pesar de que hay casos excepcionales.
Nuevas políticas públicas
Sin embargo, las políticas públicas han aportado un granito de arena a la cultura en pro de las pymes, gracias a la creación de espacios en Sercotec como los Centros de Negocio, que nacieron en el año 2014 en una asociación entre Chile y Estados Unidos, y que busca contribuir al aumento de la productividad y sostenibilidad de las empresas mediante el compromiso de los empresarios y emprendedores en conjunto, para llevar adelante los negocios.
“Esto ya se ha convertido en una política de Estado, que permite a los emprendedores y las pequeñas empresas recibir atención y mentoría de forma permanente, entregando herramientas de gestión y posibilidades de comercialización mucho más claras. Esto favorece claramente el ecosistema emprendedor y políticas propyme”, indicó Daniel Ascencio, ingeniero comercial y director del Centro de Negocios Sercotec de Quilicura.
Esta iniciativa consiste en un apoyo profesional de diagnóstico de negocio al emprendedor, siguiendo con un acompañamiento desde la puesta en marcha del plan hasta la generación de ventas o empleos.
Quien concordó que la puesta en marcha de esta ruta ha ayudado a los emprendedores en Chile es Johanna Reyes, directora de Mujeres Emprendedoras, aunque advirtió que solamente una política pública no es suficiente para que en el país exista realmente una cultura propyme.
“Algo de cultura propyme sí existe. En temas políticos se ha trabajado últimamente con Sercotec, con buenas iniciativas para los emprendedores porque es gratuito y accesible. También existe la Ley de Reemprendimiento para pymes (ver recuadro), que es muy poco conocida. Pero todavía no hay mucho financiamiento para las pymes, menos para las pequeñas. Los bancos tampoco dan crédito fácilmente”, comentó Reyes.
Hay que seguir trabajando
A pesar que Daniel Ascencio es uno de los partícipes de las políticas propyme más valoradas en el país, entiende que falta aún para tener una cultura que ayude al ecosistema de los pequeños emprendimientos. “Se puede seguir mejorando. Existen instituciones públicas y privadas que están apuntando a que seamos un país más emprendedor, pero falta todavía. Sobre todo en las microempresas, porque las empresas grandes sí tienen facilidades: se pueden bancarizar, les dan créditos y hasta tienen mejor lobby que un pyme”, aseguró.
En tanto, Diego Soffia derechamente señaló que “no hay cultura propyme. Hay un eslogan del que todos se agarran para decir cosas que suenan bastante bien, pero uno en el día a día se da cuenta que falta muchísimo. Hay una diferencia muy grande entre lo que se dice y se hace”.
La Ley de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas
Cualquier emprendedor puede tener una idea perfecta que al ponerla en circulación puede no andar como se lo imaginaba. Esto provoca que las deudas sean más altas que las utilidades, lo que conlleva a múltiples problemas, entre los que se encuentra la morosidad, quiebra, embargos y hasta una posible depresión por deudas.
Hace algunos años se aprobó la Ley de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas (N° 20.720), una normativa que para Johanna Reyes, directora de Mujeres Emprendedoras, es poco conocida, por lo que hizo hincapié en mencionarla y explicarla. Este artículo legal está dirigida a personas deudoras que tengan problemas para costear sus compromisos comerciales. Con esto podrán reordenar y renegociar sus deudas y así poder continuar en el mercado.
Para recibir sus beneficios, debe acercarse a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento y cumplir con ciertos requisitos, como tener su negocio constituido como sociedad, EIRL o persona natural con giro comercial y contar con al menos dos obligaciones en mora.
Posterior a eso, un ente gubernamental hace un estudio de viabilidad de su negocio, mientras se le da al emprendedor un plazo de 180 días para reorganizar sus deudas. Si el negocio se considera inviable, usted entrega los bienes de su empresa y se saldan las deudas. Si quedan saldos pendientes, la ley aplica la remisión del resto de la deuda y su extinción, por lo que el emprendedor puede partir desde 0 y seguir reemprendiendo, incluso con los mismos beneficios estatales que antes.
Publicado en www.lacuarta.com y la La Cuarta Papel